Miradores

Las ventanas de una casa constituyen el punto de contacto entre el espacio interior, personal, íntimo y privado, y el mundo exterior.

Los marcos de madera y la disposición en ángulo de los miradores convierten estos ventanales en un elemento primordial de la habitación, y las cortinas deben contribuir a resaltarlos.

Si la ventana descansa sobre un alféizar y, por tanto, no llega hasta el suelo, puede aprovecharse ese espacio para construir un cómodo asiento corrido, que, además de su papel funcional, será un atractivo punto de atención, sobre todo, si se "llena" con una colección de cojines y almohadones bonitos. En tal caso, las cortinas o los estores sólo deben llegar hasta el alféizar. Si la elección recae sobre los estores, habrá que confeccionar uno para cada ventana individual. Las falsas cortinas laterales enmarcando los estores resultan particularmente atractivas. Si, por el contrario, se decide instalar cortinas, el riel deberá seguir las líneas y los ángulos del mirador y habrá que prever una cortinas para cada una de las ventanas laterales y dos para la ventana central.

Durante el día, todas las cortinas podrán recogerse, si se quiere, con alzapaños, que se sujetarán al marco más cercano en cada caso. Esta solución es así mismo aplicable a los miradores que ocupan toda la altura de una pared; en este caso, las cortinas deberán llegar hasta el suelo, desaconsejándose los estores.

Si la altura del techo lo permite, la parte superior de las cortinas puede rematarse con una galería rígida, un bandó liso o un falso bandó festoneado o bien una guirnalda con caídas laterales.

¿Dónde Estamos?